¿Qué es una central fotovoltaica distribuida?
Las centrales fotovoltaicas distribuidas suelen ser sistemas de generación de energía fotovoltaica a pequeña escala construidos cerca de los usuarios mediante el aprovechamiento de recursos dispersos. Tienen una capacidad instalada relativamente pequeña y están conectados a la red de distribución cercana (generalmente a niveles de tensión de 35 kilovoltios o inferiores). Este sistema convierte directamente la energía solar en energía eléctrica mediante módulos fotovoltaicos.
Actualmente, el sistema fotovoltaico distribuido más utilizado es el proyecto de generación de energía fotovoltaica construido sobre las azoteas de los edificios urbanos. Estos sistemas deben estar conectados a la red eléctrica pública y trabajar en coordinación con ella para suministrar energía a los usuarios cercanos. Sin el respaldo de la red eléctrica pública, los sistemas distribuidos no podrán garantizar la fiabilidad ni la calidad del suministro eléctrico a los usuarios.
Las características principales de las centrales fotovoltaicas distribuidas:
1. La potencia de salida es relativamente pequeña y la escala es flexible.
• La escala de las centrales eléctricas centralizadas tradicionales a menudo alcanza cientos de miles o incluso millones de kilovatios, y la escala es fundamental para mejorar la eficiencia económica.
• La naturaleza modular de la generación de energía fotovoltaica determina que su escala puede ser grande o pequeña y la capacidad del sistema se puede ajustar de manera flexible según los requisitos del sitio.
• La capacidad de los proyectos fotovoltaicos distribuidos suele ser de varios miles de kilovatios.
Por ejemplo, los proyectos distribuidos implementados por Solar First Group en todo el mundo demuestran plenamente esta flexibilidad: en Guangxi, han diseñado soluciones de soporte de techos distribuidos a medida para edificios comerciales e industriales; en extensas zonas de Australia, se ha implementado un sistema de soporte de suelo distribuido especialmente diseñado. Estos casos demuestran cómo la energía fotovoltaica distribuida puede adaptarse a las condiciones locales y aplicarse eficazmente desde espacios reducidos en azoteas hasta terrenos abiertos.
A diferencia de las centrales eléctricas centralizadas, la escala de las centrales fotovoltaicas tiene poco impacto en su eficiencia de generación de energía y, por lo tanto, una influencia relativamente pequeña en su viabilidad económica. La rentabilidad de la inversión en sistemas a pequeña escala no es inferior a la de las centrales eléctricas a gran escala.
2. Contaminación mínima y beneficios ambientales excepcionales
• Las centrales eléctricas distribuidas no generan ruido durante el proceso de generación de energía y no causan contaminación del aire ni del agua.
Cabe destacar que el desarrollo de la energía fotovoltaica distribuida debe estar en armonía y simbiosis con el entorno urbano circundante. Al utilizar energías limpias, también debe tenerse en cuenta la preocupación pública por la estética del entorno urbano.
3. Puede aliviar parcialmente la presión durante los períodos pico de consumo eléctrico.
• La máxima potencia de salida de las centrales fotovoltaicas distribuidas se produce durante el día, coincidiendo con el periodo de máxima demanda eléctrica en ese momento.
Sin embargo, la densidad energética de la energía fotovoltaica distribuida es relativamente baja (la potencia por unidad de área del sistema es de tan solo unos 100 vatios por metro cuadrado), y la superficie de los tejados de los edificios apta para la instalación de módulos fotovoltaicos es limitada. Por lo tanto, no puede resolver de forma fundamental el problema de la escasez de energía y sirve principalmente como un complemento eficaz durante las horas punta.
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